Amamos la tierra en la que hemos crecido. En ella nos sentimos a gusto, tranquilos, satisfechos, felices. Por eso creemos que la esencia está en la tierra.
Cuando decidimos empezar a plantar viñedo y elaborar vino en la Ribera del Duero, tuvimos claro que la elección de las zonas y suelos en los que plantar nuestros viñedos era importante a la hora de hacer vinos de calidad que transmitan la verdadera esencia de nuestra región vinícola.
Lograr que, a través de nuestros vinos, puedas sentir la pureza, la energía y la conexión que transmite la tierra.
Al buscar los sitios en los que plantar nuestros viñedos buscamos tierras buenas para el cultivo de la viña, suelos donde antes de los años 60 ya había viñedo que fue abandonado o sustituido por cereal.
Buscamos tierras con distintos tipos de suelo, que aporten matices diferentes en las uvas, y nos den juego para elaborar vinos más expresivos y complejos.
Buscamos tierras ubicadas en las zonas altas de la Ribera del Duero de Burgos y Segovia, tierras más frías y aireadas, que nos dan vinos más frescos, con mayor acidez y capacidad de envejecimiento.
Porque la esencia de los vinos de Bodegas Vetusta está en la tierra, en los suelos de donde proceden, en las viñas que crecen en ellos, en la uva de gran calidad que nos da la tierra.
Nuestro compromiso por volver al origen y recuperar la esencia cuidando la tierra con amor y respeto, nos llevó a practicar una viticultura orgánica y certificar nuestros vinos como ecológicos.
Dejamos de usar fertilizantes químicos para abonar el suelo del viñedo utilizando solo abonos orgánicos.
Y comenzamos a enfocar los trabajos en el viñedo, a la vigilancia y tareas de prevención de plagas y enfermedades para evitar el uso de pesticidas o fungicidas sistémicos.
Pronto nos dimos cuenta de que dedicando tiempo a cuidar del suelo y de la viña conseguíamos que el propio ecosistema se regulara por sí mismo.
Así que, volvimos a trabajar el viñedo como se trabajaba antes, de forma más respetuosa con la biodiversidad que rodea nuestros viñedos, aprovechando que estamos en una zona privilegiada, la Ribera del Duero.
Esto no quiere decir que dejemos el viñedo a su suerte y no hagamos nada, todo lo contrario.
Para crear vinos de gran calidad, con certificación ecológica, necesitamos pasar muchas horas en el campo, mimando las viñas y realizando labores para favorecer que las plantas crezcan fuertes y sanas.
A cambio, obtenemos uvas de gran calidad, que trasladan toda la expresividad, pureza y esencia de la tierra en la que crecen.
Una vez en bodega, continuamos el trabajo de elaboración controlando muy bien su evolución y realizando la crianza dejando que la uva sea la única y verdadera protagonista de nuestros vinos de altura.
la vida es maravillosa si se vive con optimismo y alegría, con calma y naturalidad, valorando lo que nos rodea y lo que la naturaleza nos regala cada día
necesitamos vivir con más calma, dándonos más tiempo para volver a apreciar las cosas sencillas, bonitas e importantes en la vida.
tenemos la obligación de cuidar la naturaleza para dejar a las siguientes generaciones un mundo mejor que el que nosotros recibimos.
para hacer vinos de calidad, que reflejen el terruño, hace falta amar, conocer y cuidar mucho la tierra y el entorno en el que crecen las viñas.
somos privilegiados por la tierra en la que vivimos, por eso la amamos y respetamos tanto.
hay que volver a llenar de vida el mundo rural, por eso creamos empresas o apoyamos iniciativas que traigan gente, generen riqueza y pongan en valor el territorio.
el campo y la gente que viven y trabajan en él se merecen nuestro compromiso y reconocimiento por todo lo que aportan a la sociedad.
la honestidad es la base sobre la que debe crecer un negocio y sobre la que tenemos que elaborar nuestros vinos.
Vende conexión con la tierra, pasión por la Ribera, tiempo para disfrutar. Vende esencia Vetusta.
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